El «chinebro» de las Coronas
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El «chinebro» de las Coronas

El «chinebro» de las Coronas

chinebroLINO BIELSA.- El sol no tiene la fuerza suficiente para elevar la niebla, sigue esta rasando el suelo, y sobre ella el viejo «chinebro», no viejo por edad sino por el sufrimiento. En otro tiempo acompañado de olivos y almendros al albur de las inclemencias climáticas, pero siempre en compañías conocidas.

Cuando de tarde en tarde, en algún paseo vespertino pasaba a su lado, le veía crecer fuerte y hermoso con su verde vejiga intenso, hojas aciculadas fuertes, punzantes y bayas olorosas, destacaba sobre el resto por su porte erguido, casi mayestático.

Llego la eclosión vinícola al Somontano y todo se transformo en viñas; pero como somos muy ecológicos, arrancamos todos los árboles y como símbolo de nuestra sensibilidad se dejó el «chinebro» de muestra. Acto de conservadurismo y apaciguador de conciencias.

A nuestro «chinebro» le pusieron unas compañeras, de nombre Syrah, procedentes de un lugar extraño, sus orígenes son el valle del Ródano, aunque dicen que sus primeras luces las vieron en la lejana Persia, tierra de bárbaros según los griegos, de imperios y sátrapas. Shiraz, ciudad que le da nombre a la uva es la ciudad de la poesía, los jardines y los mausoleos a sus poetas, además fabrican un buen hojaldre en sus pastelerías, pero con un pequeño problema, todo huele a cordero, con cuya grasa se fabrica todo, desde el jabón a las grasas de pastelería, el aceite de oliva se acaba en Siria.

Siempre termino hablando de cosas ajenas al tema principal, estas digresiones deben ser cosa de la edad, o quizás me traiciona el subconsciente.

Bueno, estaba yo con mi paseo matutino, viendo brillar las hojas del «chinebro» por la humedad de la niebla y la luz rasante del sol, pero parte de él estaba seco y al acercarme, pude apreciar que dentro de pocos años sería solo un leño seco.

Sus actuales compañeras, eran convenientemente abonadas, regadas por goteo, podadas, mimadas para poder recoger su fruto; ahora comenzaban sus hojas a tener un colores rojizos desprendiéndose poco apoco de ellas para comenzar su sueño invernal. El «chinebro» se iba a quedar absolutamente solo con aquellas vecinas dormidas que al final le van a provocar la muerte.

¿A qué viene este rollo bucólico, ecológico, que dirían los modernos? La razón es nuestro Festival Fotográfico, que solo nacer lo veo ya medio muerto como el «chinebro» de Las Coronas., pero de forma más rápida. El «chinebro» hubo un tiempo en que tenía un entorno que le ayudaba a crecer, pero nuestro festival ha nacido en un medio hostil, no sin compañeros pero si escasos y por lo tanto avocado a su muerte o a una enfermedad crónica, que no se yo que es peor.

Una sociedad, ya sea fotográfica, de crápulas irredentos, bebedores de absenta, o protectores del ornitorrinco, solo tiene razón de ser por la actividad en defensa de su ideario y en el buen gobierno de la misma. Si no ya vemos lo que sucede cuando nos creemos estar en un mundo feliz y que todo funciona por una inercia benéfica, que los que están en la gobernanza ya saben lo que hacen y lo hacen muy bien, etc… Esta forma de actuar es la que genera nuestros sátrapas particulares o en el mejor de los casos el cansancio de los directores del cotarro.

Para evitar el endiosamiento de los césares, los romanos que conocían los vicios y las virtudes humanas, inventores junto con los griegos de ambas, cuando se proclamaba a un César, un esclavo portando una corona de laurel le iba diciendo: Recuerda que eres humano.

Dada la debilidad humana, cuando el que ejecuta un trabajo recibe solo parabienes, este se cree estar en posesión de la verdad. En un manifiesto titulado La Utilidad de lo Inútil de Nuccio Ordine Ya nos indica que: POSEER LA VERDAD MATA LA VERDAD.

Para que esto no suceda se hace imprescindible la participación de todos los elementos de la sociedad, los culpables de las dictaduras no solo son solo los dictadores, si no todos los elementos de la sociedad que no intervienen en el buen funcionamiento de la misma.

Por lo tanto, si no existe una mayor implicación por parte de los socios acabamos de asistir al natalicio y defunción de un Festival.

P.S. Como hay muchas veces que parece que no me sé explicar, esto no es una crítica a los que se han roto los cuernos haciendo posible la primer edición del Festival, si no a los socios que han estado ausentes, silentes o maledicentes sin ninguna aportación. Por que como dice la regla de San Benito Ora et labora.

1 Comment
  • Lakeisha
    Posted at 17:42h, 19 noviembre

    Wow, that’s a really clever way of thinnikg about it!